domingo, 7 de marzo de 2010

Transmilenio....las señoras y yo.

Viajé en Transmilenio y me encontré con la señora que nunca respeta las filas, que cree que puede colarse solo por ser señora...quizá abuela o tan sólo mamá por ahora...También me encontré con la niña despistada que se subió de última y esperó a que se cerraran las puertas para preguntar "Este para en la Jimenez" y me encontré con el universitario desordenado que no alcanzó a desayunar y que salió a medio vestir, que respondió "No sé". Pero también me encontré con el señor de traje que va para su oficina, con maletín de cuero y bigote blanco que respondió "No".

Se desocupó la silla al frente mio, así que pienso "Ay si! me voy a sentar, con esta maelta que pesa una tonelada y este sueño que no aguanto..." y mientras lo pienso me voy sentando...Aah que alivio me senté, pero enseguida se sube a) Una señora embarazada, b) Un señor en muletas, c). Una viejita que sí es abuela.
Cualquiera de las anteriores. El caso es que se suben por la puerta de la mitad, donde muchas veces no hay sillas azules sino todas rojas y donde hay demasiada gente y donde esa gente por más jóven o vieja, mujer u hombre, no es capaz de dar una silla... Así que yo me digo...triste por tener que cargar mis mil toneladas otra vez y un poco molesta con el universitario de mi lado, con el señor del frente, con la persona sentada al frente de la embarazada, del incapacitado o de la viejita-mirando de reojo o haciéndose el dormido para no tener que dar la silla- y digo: "Señor(a) venga, siéntese", me paro y me quedo ahí.

Hoy en Transmilenio me encontré con la ejecutiva exitosa, con la mamá amorosa, con el poeta ficticio, con la economista en proceso...Me encontré con la señora que no hace las filas creyendo que tiene el derecho de meterse de primera acabando de llegar...sólo por ser señora, cuando hoy esperando el alimentador en el paradero una de esas señoras me robó el celular apostando a la confianza que uno les tiene...sólo por ser señoras.

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